Qué es Madrid sino una ciudad bonita y que juega a despistar. Todos los años creemos que este no será igual que el anterior, “este año el temporal no me la jugará”. Pero, finalmente, el fuerte carácter de nuestra querida capital se impone ante nuestros deseos.
No te sientas culpable e incomprendido, no eres el único. Miras al cielo y está soleado, bajas a la calle y el viento frío madrileño atraviesa íntegramente esa fina chaquetita que llevabas por si acaso refrescaba. Ese segundo en el que has sentido tu cuerpo congelado ha sido suficiente para darte cuenta de que te ha vuelto a pasar.
Madrid se convierte en esta época de frío en tierra de nómadas en busca de calor para asegurar la superveniencia. Para ellos hemos preparado desde Hotel Regente unos valiosos consejos para contrarrestar el viento y el frío
Busca el sol:
Obvio, pensarás. Pero en Madrid el sol no viene a ti, tiene carácter y espera que seas tú el que tome la iniciativa. Esquiva toda sombra que se presente de manera prolongada en tu camino, así que elige lugares con amplias zonas al aire, sin edificios que tapen la luz y protegidos del frio, son los ideales.
Sitios así, son escasos. No hace falta casi ni decirlo, solo con un vistazo se puede adivinar que, en Madrid, encima de una alta meseta y rodeada de edificios, el viento es rey y el sol escaso.
Pero como todo en esta vida, se puede conseguir si se pone el empeño suficiente. Pasea hasta Plaza de España, justo al final de la Gran Vía; al templo de Debod o al Retiro tendrás tu buena dosis de rayos solares. Por supuesto, estos no tienen por qué ser los lugares más cálidos, así que el uso de chaqueta es recomendable.
Algo más concurrido, pero con una tasa de luz igualmente abundante, es el Paseo de la Castellana. Si tenemos suerte, los edificios pararán el viento y la luz hará acto de presencia, proporcionándonos una tarde encantadora. Si no, alguno de los locales que se encuentran en las inmediaciones serán de buen cobijo.
Shopping por frío:
Los locales tienen calor; Madrid tiene muchos locales; ergo en Madrid hace calor. Puede no ser el método más “natural” de conseguir calentarse, pero es ciertamente uno de los más efectivos.
Los locales de Madrid siempre buscan dar el mejor servicio posible al cliente, lo que lleva a poner la calefacción a la temperatura perfecta. Si esto no fuese suficiente, con el trajín natural de la gente los lugares acaban por tener un calor natural realmente hogareño que hará que no te quieras ir de allí, al frío que hay fuera.
Si se quiere pasar de tienda en tienda y comparar las temperaturas, que mejor sitio que la Gran Vía. Un sinfín de tiendas, pequeñas y grandes en las que te toparás con su gran corazón lleno de calor.
Un asunto de chocolate, churros y porras:
Qué se puede hacer, si siempre caemos. No hay nada que levante el espíritu más que un buen chocolate con churros y/o porras. O también hablamos del café de la mañana, para muchos un paso indispensable en su rutina diaria, una fuente increíble de energía matutina. Chocolate. Café. Una palabra y empiezas a salivar.
A esto se le ponen unos churros o porras (que cada uno tiene su preferido y no son iguales para los amantes de unos u otros) y cerramos un trato calentito que, de solo pensarlo, te dan ganas de encerrarte entre edredones solo para emerger ocasionalmente a tomar aire.
Por supuesto en este plan también hay algunos que prefieren calentarse con un té o una infusión de otro tipo. Todo ello al gusto del consumidor.
Madrid es tierra cafetera. Pese a no cultivar, consume abundantemente, así que la ciudad se adapta a los variados gustos de sus habitantes y visitantes. Algunos sitios míticos para encontrar estos cafés, tés, churros y porras son la clásica cafetería San Ginés, conocida por ser de las mejores en todo Madrid y que se ha ganado la fama que tiene a pulso, hasta convertirse en una parada obligatoria; “La antigua churrería” que, con varios locales lleva desde 1913 un referente y el horno de San Onofre cuyo increíble escaparate deja a todo amante del chocolate y pastelería encantado.
Por supuesto, si se quiere estar calentito siempre se puede quedar uno en su cómoda cama, arropado con suaves edredones y, si es posible, viendo el frío a través de una bien aislada ventana. Todo esto y más en un único y precioso lugar concéntrico de Madrid, el Hotel Regente.